El afán de cuantificación de algunos autores (Petty), es la última línea de pensamiento económico en Inglaterra que queda por explicar. William Petty (1623-1687) estuvo siempre en contacto con matemáticos y científicos y fue miembro del Parlamento, miembro fundador de la Royal Society y escribió una serie de libros que le dio fama en la historia de la economia y en la estadística, entre otras cosas. Además, su interés por la ciencia y la tecnología no se limitó a la economía y la estadística, sino que también fue inventor. Todos sus escritos son consecuencia de los acontecimientos de la época, discuten temas cotidianos como los cambios del sistema de ingresos del erario, los recursos de guerra, la reforma monetaria o el potencial de guerra de las grandes potencias. En su obra “La aritmética política” propone una medición de la realidad en términos de números, pesos y medidas. A lo largo de la Edad Moderna se produce un proceso importante que consiste en el paso de una realidad cualitativa a una realidad cuantitativa y objetiva. Hasta ese momento, la realidad se medía con medidas con componente subjetivo, y, según Petty, las medidas tenían que pasar a tener un componente objetivo. Lo único que Petty quería era medir, expresarse en forma de números, pesos y medidas, utilizar sólo argumentos razonables y considerar únicamente las causas que estuvieran visiblemente basadas en la naturaleza.
En el mundo preindustrial predominan las medidas de carácter subjetivo, eran medidas aproximadas pero nunca exactas (por ejemplo la fanega o grupos de la actualidad que todavía utilizan medidas subjetivas como “estar a tiro de piedra” –algunas tribus africanas-). W. Kula, de la escuela marxista, en su obra “Las medidas y los hombres” plantea que las medidas de uno no tenían por qué coincidir con las de otro; las medidas podían ser de entendimiento diferente, ya que lo que caracteriza a la sociedad del antiguo régimen es el privilegio y es impensable una sociedad igualitaria.
En la mentalidad de Petty, cualquiera debía concebir la realidad mediante un sistema de números igual. En la visión del antiguo régimen era natural la visión cualitativa y diferenciada. W. Petty constituye un cambio en este tránsito en la Edad Moderna; sin embargo, para él lo más importante es esta fijación de la realidad en términos de números, pesos y medidas, y no desde una visión heterogénea de cada uno. Se van a plantear soluciones desde su pensamiento empírico ante una determinada realidad.
FRANCIA
En el mundo preindustrial predominan las medidas de carácter subjetivo, eran medidas aproximadas pero nunca exactas (por ejemplo la fanega o grupos de la actualidad que todavía utilizan medidas subjetivas como “estar a tiro de piedra” –algunas tribus africanas-). W. Kula, de la escuela marxista, en su obra “Las medidas y los hombres” plantea que las medidas de uno no tenían por qué coincidir con las de otro; las medidas podían ser de entendimiento diferente, ya que lo que caracteriza a la sociedad del antiguo régimen es el privilegio y es impensable una sociedad igualitaria.
En la mentalidad de Petty, cualquiera debía concebir la realidad mediante un sistema de números igual. En la visión del antiguo régimen era natural la visión cualitativa y diferenciada. W. Petty constituye un cambio en este tránsito en la Edad Moderna; sin embargo, para él lo más importante es esta fijación de la realidad en términos de números, pesos y medidas, y no desde una visión heterogénea de cada uno. Se van a plantear soluciones desde su pensamiento empírico ante una determinada realidad.
FRANCIA
El mercantilismo en Francia se va a distinguir por dos características: siempre se va a buscar el engrandecimiento del país y los mercantilistas proponen la autosuficiencia de Francia, y también se va a caracterizar por la defensa de las manufacturas.
Los autores a los que haremos referencia son: Laffemas, Montchrétien y Colbert. El mercantilismo francés fue obra de ministros, etc., es decir, de hombres de acción, más que de pensadores, por lo que los escritos destacables son pocos.
B. Laffemas (1545-1611) era sastre hugonote y ayudante de cámara de Enrique IV, y llegó a ser ministro de finanzas. Trató diferentes problemas económicos, destacando la importancia de la fabricación de manufacturas.
A. Montchrétien era poeta y fabricante de artículos metálicos, y subrayó la necesidad de la regulación y de la instrucción industrial. Y retoma la idea de Mantaigne de que la ganancia de un hombre supone una pérdida para otro, aplicándola al comercio exterior.
Tanto Laffemas como Montchrétien son defensores de la autosuficiencia de Francia en materia económica para el fortalecimiento del país. En Francia, a finales del siglo XVI, se producen las llamadas guerras de religión y se vio sujeta a las tropas de Felipe II para defender Paris, que afectó a la búsqueda de autosuficiencia, considerada una idea clave para cerrar las fronteras económicas y defender sus intereses.
Con Colbert y el colbertismo, se da un paso más. Colbert (1619-1683), que da su propio nombre al sistema mercantilista francés, fue ministro de finanzas de Luis XIV y considerado como uno de los grandes experimentadores del sistema mercantilista. El colbertismo estableció una red de detalladas regulaciones que trataban de controlar la calidad y los precios de las manufacturas y de los productos agrícolas y de eliminar las barreras existentes para l comercio interior de Francia. Pondrá un mayor énfasis en el fomento de las manufacturas, que permitiría abastecer el mercado interno y a otros países para atraer la llegada de oro y plata. Según Colbert y el mercantilismo francés, este fomento de las manufacturas se debería hacer por varias vías, como aranceles y, sobre todo, mediante la creación de industrias “de titularidad pública”, es decir, reales fábricas que debían tener privilegios en materia fiscal y basarse en productos de lujo.
En el pensamiento francés hay un cambio de óptica entre Laffemas y Montchrétien, y Colbert, que también responde a conceptos económicos: producir mucho para exportar mucho y atraer la llegada de oro y plata.
Para Colbert, lo que pudiera crecer Francia era lo que quitaba a otros países, va a intervenir en los gremios y en lo que será más innovador es en la creación de las reales fábricas.
También hay que señalar que el pensamiento francés era muy poblacionista. Habrá especial interés sobre temas agronómicos, como mejorar la agricultura para logar la autosuficiencia del país. La fisiocracia, que basa la riqueza en la agricultura, no nace en el siglo XVIII, sino que está latente desde antes, sobre todo en Francia.
Una última característica es que es intervencionista.
Pero estos autores se basan en cuestiones prácticas, antes que morales u otras, y, por tanto, se basan en la coyuntura.
HOLANDA
En el caso holandés, el objetivo para intentar atraer oro y plata estribaba en el comercio y en las prácticas bursátiles. En términos generales, la protección será más moderada que en otros países. En términos generales, la protección será más moderada que en otros países.
José de la Vega (S. XVII), judío español, publicó un tratado: “Confusión de Confusiones”, que se considera el primer tratado de operaciones bursátiles publicado en el mundo. Hay que decir que está escrito desde posiciones religioso-éticas. Su objetivo era denunciar las prácticas usureras que impregnaban cualquier acción de la bolsa de Amsterdam (la primera que se crea).
Otro notable pensador holandés fue Hugo Grocio, historiador, jurista y politólogo. Escribe “Mare liberum” (1609), escrito en el que defiende la libertad de viajar, navegar y comerciar entre los países. Es mercantilista por la época en que escribe pero sus ideas no son mercantilistas, aunque son muy lógicas. La obra se escribió para conmemorar las negociaciones entre España y Holanda, y los holandeses quieren asegurarse el comercio libre con las Indias orientales. Además era una manera de intentar contrarrestar la política restrictiva de los ingleses en cuestiones pesqueras. A principios del siglo XVII los ingleses aplican una política proteccionista y Grocio trata de asegurar una navegación que beneficiaba fundamentalmente a los holandeses, que eran los principales productores de barcos. En definitiva, lo que Hugo Grocio alimenta es el poder de Holanda desde un posicionamiento, en principio, contrario al mercantilismo.
Bibliografía: SPIEGEL, H. W., El desarrollo del pensamiento económico, Barcelona, 1996.
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